Fernando S. Zúñiga
Tras terminar la Primera Guerra Mundial, el actor Béla Lugosi se vio forzado a abandonar su natal Rumanía, encontrando un nuevo hogar en la ciudad de Nueva York y a Drácula, el personaje que, como buen vampiro, le chuparía la vida a cambio de fama y reconocimiento mundial. Su capacidad como actor encajó muy bien en el género del terror llegando a interpretar en múltiples ocasiones al cruel Conde Drácula tanto en los teatros de Broadway como en el cine. Murió de un infarto en agosto de 1956 y cuenta la leyenda que lo enterraron vestido con capa. A la fecha se considera el Drácula de Béla como un icono del terror clásico.
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