Dilsia Pavón Hernández
Bostezando después de haber comido un buen lomo de cerdo con piña, acariciando sus piernas morenas sobre la falda, tomó la decisión de asearse largamente en agua caliente y perfumada.
Mamá Chonita siempre decía que bañarse después de comer le provocaría reflujo o dolor de estómago. Recordó con cariño a su anciana madre y su gran sabiduría heredada del trabajo como partera del pueblo. Esa había sido su herencia para Elodia, la hija mayor de once hermanos. La enseñanza del cómo ser una buena partera.
En un pueblo, las tradiciones son algo de respeto. Usos y costumbres que contienen resabios de pactos ancestrales, tan fuertes como los lazos de sangre. La joven Elodia, estaba destinada a ser la nueva matriarca de la familia López.
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