La Veracruzana

Dilsia Pavón Hernández

Bostezando después de haber comido un buen lomo de cerdo con piña, acariciando sus piernas morenas sobre la falda, tomó la decisión de asearse largamente en agua caliente y perfumada.

Mamá Chonita siempre decía que bañarse después de comer le provocaría reflujo o dolor de estómago. Recordó con cariño a su anciana madre y su gran sabiduría heredada del trabajo como partera del pueblo. Esa había sido su herencia para Elodia, la hija mayor de once hermanos. La enseñanza del cómo ser una buena partera.

En un pueblo, las tradiciones son algo de respeto. Usos y costumbres que contienen resabios de pactos ancestrales, tan fuertes como los lazos de sangre. La joven Elodia, estaba destinada a ser la nueva matriarca de la familia López.

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Es un monstruo, pobre hombre, es un inadaptado social[1]

Es extraña la manera en que algunas personas idolatran a gente nefasta como ocurrió con Dahmer o Bundy llegando al grado de mandar cartas a la prisión en la que se encontraban. Aunque algunas solo lo hacen por morbo o moda hay algunas otras que podrían hacerlo por causa de alguna parafilia, como es el caso de la hibristofilia en la que se experimenta atracción sexual por personas peligrosas.

En este artículo, sin el afán de enaltecer la figura del asesino serial, haremos un recorrido a través de algunas canciones inspiradas en estos monstruos.

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Estudios sobre el aislamiento parcial y total en la especie humana

(Fragmentos)

Daniel Greene

El aislamiento social humano es reconocido como un problema de gran importancia en la actualidad. Sus efectos resultan perjudiciales en el desarrollo adecuado del individuo, incluyendo (pero no limitándose a): depresión, agresión, deterioro cognitivo y disfunción sexual. La correcta evaluación de este fenómeno ha estado plagada de múltiples obstáculos, pues existe una gran cantidad de variables difíciles de controlar sin un entorno experimental estricto. Del mismo modo, aunque se han realizado estudios en especies con un parentesco cercano, como los monos, la complejidad de la experiencia interna humana y la riqueza de su raciocinio y emoción obliga a solo realizar suposiciones y aproximaciones en torno a un modelo de la depresión que se equipara al ser humano sin gozar de gran exactitud.

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Entre los arces

Eduardo Antonio López

Hace veinte años que vivo acá. Desde que cobré el retroactivo de la jubilación, en aquel momento, un montón de plata. Así me construí –je, no moví ni un dedo– esa pre-moldeada alpina que ni se ve desde la ruta. Colores austeros por dentro y por fuera. Marrón que imita la madera, el techo de tejas rojas. La muchachada trabajó bien, para qué negarlo. Incluso me engancharon del poste lejano que sostiene el cablerío de la luz; teniéndola gratis no me privo de electrodomésticos, salvo la televisión y la radio que no me interesa tener.

Mis comidas son livianas, mucha fruta, mucha verdura, mucha agua. Voy al pueblo, San Filippo se llama, que no me queda tan cerca como para ir diariamente, ni tan lejos como para no ir nunca.

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Receta de cocina

Miguel Diaz Barriga

A pesar de que la luna estaba cubierta por esas nubes grises que anunciaban la tormenta, adentro, en la cocina, el calor de la estufa en acción equilibraba la temperatura. La hornilla más grande no paraba de verter esas llamas azules y rojas, causa del borboteo del caldo sobre de ellas.

La olla más fina de María, pero también la más grande, llevaba ya un par de horas a fuego bajo: “la mejor estrategia para que la carne quede suave como mantequilla” se leía en la receta escrito con la letra de su abuela, “igual de importante es que sea fresca, sin importar la especia a cocinar: res, cerdo, cordero, borrego, la que sea”, y esta carne era realmente fresca.

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Vrases: la herida detrás del asesino

Un hombre carismático se acerca a dos chicas; les habla sobre literatura y poesía. Ellas toman confianza con él y él las invita a su casa para seguir platicando y beber. Ellas, por suerte, lo rechazan y es así como salvan sus vidas. Este individuo fue conocido como el Caníbal de la Guerrero o el Poeta Caníbal. José Luis Calva Zepeda asesinó a 3 mujeres a las cuales devoró o esos fueron los cargos que le imputaron ya que nunca se supo de más víctimas o de otro modus operandi. ¿Qué tiene el asesino que despierta tanto interés? Reflexionaba esto antes de escribir la carta editorial de este número.

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El Limpiador

Luis Adolfo Apolín Montes

¡Cada vez es más pesado cargar un cuerpo hasta aquí!, pensó mientras cubría con algunas rocas lo que quedaba de su última víctima. Nadie viene por estas tierras, ni los pastores con sus ovejas que prefieren los pastos más jugosos, ¡nomás puro arbusto dañino crece aquí! ¡ni los zorros se asoman!, por eso, cada vez que traigo un “bulto”, siempre estoy seguro de que se mantendrá más o menos intacto, devorado, eso sí, apenitas por algunos insectos que no faltan. Esos bichos son como yo, nada les importa, ni el frío ni el sol hiriente.

Un rugido lejano e impreciso lo sacó de sus cavilaciones.

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Elizabeth

Anderson Muchari

Da la medianoche, en mis manos un crucifijo carmín,
Abandonado a toda la pena del engaño que urdieron en tu dolor,
maldigo: ¡malditos los hombres que luchan por el amor!
¡Negros los días que lucho por quitarte la condena eterna!

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El asesino del SAT

Eduardo Omar Honey Escandón

El súper especial del puesto de garnachas de Doña Pelos olía a dos cuadras de distancia. Era la hora del segundo almuerzo así que, sin avisar, salí de la oficina en el segundo piso del edificio de la Procuraduría. Nomás puse un pie en la calle y se me hizo agua a la boca. Ese plato solo lo preparaba antes de Cuaresma y en pleno viernes. Nos juraba que no contenía carne roja aunque nunca explicó la receta, menos los ingredientes.

—Pásele mi Comanche, ¿lo de siempre? —saludó apenas llegué a su puesto.

—Así es mi Pelosa, con la salsa más picosa, ración extra de carne santa y una Ketocola —pedí en lo que tomaba asiento en el banquito de plástico naranja.

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