Manuel Hernández
Anoche desperté agitado, casi sin aire, con unas ganas enormes de recordar la información que mi amigo Druida me compartió durante el sueño: tenía muy claro el caso 63 que justo terminaba por analizar una noche anterior y no podía recordar los detalles del sabio, el cual vivía en Irlanda, al sur de Armagh. Me contó que intentó comunicarse con su hermano Navajo en América del norte para avisarle que le había llegado un mensaje de forma telepática hace un par de días.
—¡Merlín!, necesitas saber la verdad, tienes que informarle a tu pueblo acerca de su futuro.
—¿De dónde proviene esa voz?
—Isis, de Pléyades. Poner atención y recordar.
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