Miguel Diaz Barriga
Parece ser que la luz que produce tu pantalla genera algún tipo de fuerza, de inhibición, o de un empoderamiento sínico, esa luz es capaz de distraer la ética y normalizar lo ilegal, y eso es verdaderamente peligroso. Tras el escudo que genera el internet con su anonimato; su avatar; su cuenta falsa o prestada, los individuos somos capaces de caer en lo que en público solemos condenar.
Stalkear es un acto de inhibición resguardado en el famoso “no se va a dar cuenta”, pero que conlleva un complejo acto inconsciente de celos y/o inseguridad. Como víctima, el acosador, o Stalker, es una sombra terrible, incansable, dedicada en su mayoría a causar angustia y sufrimiento, se trata indirectamente de que pierdas la tranquilidad. Poco a poco irás perdiendo las ganas de salir, de publicar sobre tu vida. En consecuencia, perderás el entusiasmo por vivir pues habrá un par de ojos incansables de alguien observando cada detalle, provocando que todo lo hagas con miedo y a la larga que no lo hagas.
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