¿Perdón? Sí, dame otra, pero que sea doble. Gracias, que lindo, me arreglé para una boda. De mi hermana. No te preocupes, todo está bien, sólo que no pude entrar a la iglesia. Sí, esa, la que está justo frente al bar, de hecho, se está celebrando la misa ahora. No quieres saber por qué no entré, además es una historia complicada y tienes que atender el lugar. ¿Estás seguro? Muy bien, te contaré, de todas formas, creo que necesito sacarlo de mi pecho o va a salir de otro modo.
Nací en esta pequeña ciudad, mis padres vivían a unas cuadras de aquí. Mi hermana nació tres años después. Yo era una niña tremenda, traviesa y no me quedaba quieta, según me cuentan. Durante un tiempo siempre fuimos los cuatro: papá, mamá, Erika y yo. Dice mi madre que me había puesto muy celosa al dejar de ser la hija única, “algo normal”, decían.
Sigue leyendo El niño de mi infancia