Zodiac, David Fincher y una mirada al cine de Asesinos Seriales
Fernando S. Zúñiga
En el año 2003 el artista británico Peter Greenaway dijo en una entrevista: “Si quieres contar historias hazte escritor, pero no cineasta”. Puedo decirles que en mi opinión no estoy de acuerdo con esta idea porque, aunque no es la obligación de toda película darnos un mensaje sólido, sí son la historia y las aventuras de los personajes lo que mejor conecta con el público.
Dicho esto, me parece que abordar el tema de los Serial Killers desde un punto de vista cinematográfico es bastante complejo e interesante ya que la figura del asesino serial es muy adaptable no solo para el género de terror, sino también para el suspenso, el drama y evidentemente el policiaco. Estos personajes psicópatas han sido el punto central de muchas de las películas y series más exitosas de todos los tiempos y han protagonizado algunas de las imágenes más icónicas del séptimo arte.
Cada actor que ha interpretado el papel de un asesino le ha cedido a éste parte de su carisma y personalidad, como resultado tenemos un repertorio de criminales ficticios o basados en sucesos reales que se elevan rápidamente al nivel de un ícono pop. Incluso podríamos decir que el cine de asesinos seriales es ya un género en sí mismo. ¿Cómo olvidar la actuación de Anthony Hopkins en el papel de Hannibla Lecter en The Silence of the Lambs o a Anthony Perkis como Norman Bates en Psycho del gran Alfred Hitchcock?
Dentro de lo extravagante, atractivo y (porque no decirlo) repulsivo que pueden llegar a ser algunos de estos films hay uno que aborda un punto de vista peculiar. Muchas de las tramas cimientan su narrativa creando una ávida relación con la psique del asesino, pero pocas orientan la mirada hacia como los daños que estos actos atroces afectan a una comunidad. ZODIAC dirigida por David Fincher lo hace de una manera insuperable y muy original.
Zodiac, estrenada en 2007, es una película gigante no solo por su duración o por sus valores de producción sino en la cantidad de personajes e información que nos muestra de manera dinámica y ordenada. Basada en acontecimientos reales sobre el criminal nunca identificado que aterrorizó la ciudad de San Francisco, California en la década de los 60 y 70, Zodiac nos muestra tres puntos de vista diferentes: el del asesino, el del detective que busca atraparlo y el periodista que busca la verdad a pesar de que la horrenda situación le quede grande. Sin lugar a duda como espectador te enfrentas a una película que es un rompecabezas exquisito.
Una de las cosas más fascinantes de la película es la puesta en cámara. Durante la cinta vemos solo 3 asesinatos, pero no están filmados de una manera convencional, sino que son planos fijos que dan la sensación de estar ahí junto con los personajes. No son escenas emocionantes, al contrario, duelen y asustan. Y es igual en las secuencias donde seguimos a los detectives. La cámara nos muestra lo mismo que ven ellos y así nos acerca a vivir por unas horas lo complicado y desgastante que es una investigación policiaca. No tenemos información que no tengan ellos y eso hace que el suspenso y la intriga se eleven a niveles psicológicos.
Aunque es una película que se estrenó hace más de 15 años, Zodiac es una obra destacable. De las mejores cintas en su género no solo por su estilo visual y un guión brillante, sino porque de una manera muy inteligente nos muestra las fallas de un sistema que inconscientemente perpetua la existencia de criminales sin castigo y de la incapacidad de las autoridades y de la sociedad para combatirlos. Todo esto sin dejar de ser un largometraje entretenido, potente y enganchante que consolidó a David Fincher como uno de los cineastas más importantes de nuestra época
Cabe aclarar que no todas las películas de este género han tenido una buena recepción de la gente. Algunos films se han dedicado a enaltecer la personalidad de los asesinos para hacerlos parecer como personajes seductores. Incluso algunas películas han servido como pretexto para que algunos sujetos desequilibrados cometan actos atroces. Pero de eso el mágico cine no tiene la culpa.