Deliet
El amor desbordado, cargado de sensualidad, es placer, es erotismo, es el contraste entre lo platónico y lo idílico. Platón afirma que Eros fue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza), de ahí sus contrastes y sus extremos. A veces cargado de culpa, otras de obsesión. Entonces, hablar de un “antieros” es abandonar esos extremos para encontrarse en la ausencia del amor y dejar paso sólo a lo carnal.
Antierotica de Leonora Zea aborda este tipo de relaciones donde el amor sobra, ha dejado de existir para dar paso al puro acto sexual, pero, no por eso, sin efecto. Lejos está el acto del hombre sin una consecuencia de por medio y es ahí donde la escritora mexicana nos presenta textos crudos donde sus personajes abandonan sus deliberaciones éticas para regirse por el entero apetito de su sexualidad. Pocas son las limitantes sin el peso de la ética y la moral y ¿no es ese el sexo que mejor se disfruta? Es así como vemos a una chica abordando el metro para buscar venganza en el cuerpo del otro, que, para ella, es igual a todos y a uno solo. O los deseos apabullantes de la pubertad incluso si es hacia un familiar. Leonora busca cuestionar las posturas correctamente políticas (tanto de la mente y el cuerpo) y presenta a seres humanos dejándose llevar enteramente por su personalidad lasciva. Es así que la edad tampoco es una barrera, como tampoco lo es la puerta entreabierta que nos permite husmear para encontrar la delicia de los cuerpos desnudos y la mirada hambrienta de lo prohibido.
Sí, la falta de barreras morales presenta también el tema de la violación en distintas disonancias cuestionándonos si el deseo desbordado es una excusa asequible que nos convierte en animales. Leonora plantea distintos discursos, todos, entorno al sexo y al placer que da pie a la culpa para después dejarse persuadir por la excitación.
La anécdota del cuento corto es lo que rige este pequeño libro donde sus contrastes son altos al punto de contraponer tabús que siguen muy arraigados en una sociedad como la mexicana. Es así que Antierótica se presenta como la ópera prima de una carrera en las letras que se desbordan en orgasmos.
