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Rusvelt Nivia Castellanos Mueren las horas. Se caen las auroras del día. Naufragan los sueños. Luego entonces, surgen las sombras de esta noche en la ciudad del crimen. Y con una precipitada voracidad renace la incertidumbre, para descollarse en más homicidios. En tanto, tras este lóbrego suceder de las tinieblas, va reapareciendo una mujer delgada.…
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Eduardo Omar Honey Escandón La puerta de la recámara se abrió de golpe y la chica gritó aterrorizada mientras se levantaba de un salto y tiraba su asiento.—¡Levanta lentamente las manos! —exigió uno de los policías encapuchados, el comandante, que le apuntaba con un rifle de asalto— ¡No hagas ningún movimiento brusco! ¡Muy bien, arrodíllate…
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Laura Bloem Desde que se privatizó la Suprema Corte, este negocio ha sufrido muchos cambios. Mientras algunos se desgarraban las vestiduras por dejar en manos de particulares la impartición de justicia, otros vimos la oportunidad de hacer negocio. Cientos de agencias de investigadores y justicieros se abrieron por todo el país, el hervidero de justicia…
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Ronnie Camacho Barrón Apenas llevo un par de semanas en este departamento y ya planeo volver a mudarme, ¿pero a dónde?, no tengo el dinero suficiente para alquilar otro sitio y aunque mamá me ha suplicado volver a casa más de cien veces, no planeo hacerlo, sé muy bien que Eduardo volverá a encontrarme y…
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Empezó como una amistad, así empiezan todas las historias, ¿no? La amistad se volvió en atracción y la atracción en enamoramiento. El enamoramiento evolucionó en una relación formal que después de varios años (muchos, en opinión de algunos) esa historia tuvo su fin. Nada que no se viera venir.“Sigamos siendo amigos” dije con la certeza…
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¿Qué tan dañado debes estar para pensar que es romántico mandarle a alguien unas flores con la dedicatoria «no importa dónde te escondas, siempre te voy a encontrar»? Pero, qué es peor ¿»aceptar” el acoso y tener una relación con el acosador o rechazarlo y así incitar al asediador para que continúe con sus conductas…
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Carlos Enrique Saldívar Si no me equivoco, creé mi cuenta de Facebook en 2012, pero no descubrí a José Antonio Corzal hasta el año siguiente, cuando alguien compartió un enlace a un cuento suyo en una revista en línea. El relato en cuestión se titulaba «Tu leal seguidor» y se trataba de un chico que…
